Actualmente la región latinoamericana demográficamente abarca 22.222.000 km2 de extensión (PNUD, 2012). Esta región corresponde aproximadamente al 13.5% de la superficie emergida del planeta y por su amplitud, América Latina presenta una gran diversidad geográfica y biológica. En ella se encuentran prácticamente todos los climas del mundo y es el hogar de numerosas especies animales y vegetales. Cuenta también con algunos de los mayores ríos del mundo e importantes recursos minerales, entre los que destacan sus yacimientos de petróleo, cobre, litio y plata (Wikipedia, 2014). Por ello América Latina se destaca en poseer ricos ecosistemas y biodiversidad, sin embargo, una característica a destacar es que existen inmensas áreas anecumene, es decir, sin población humana que las habite: se trata de selvas, montañas y grandes extensiones de terreno en la Patagonia, ubicada en la América del Sur. (Educarchile, 2013).
Áreas Protegidas: número y extensión
América Latina y el Caribe (ALC) posee un total de 1949 áreas protegidas, dentro de las cuales se incluyen los parques nacionales. Estas áreas protegidas representan una superficie aproximada de 211.557.043 hectáreas a nivel terrestre y 28.827.905 hectáreas a nivel marino. En términos porcentuales, las áreas protegidas terrestres se incrementaron de 10,5% en 1990 a 20,8% en el 2009; mientras que las áreas protegidas marinas se incrementaron de 2,3% en 1990 a 9,8% en 2009. Los países con mayor número de áreas protegidas en ALC son: Brasil, con 304; Cuba con 253; México, con 174; Costa Rica, con 168; y República Dominicana, con 118 (UICN, 2011).
En la actualidad son 23 los países de centro, sudamérica y el caribe, incluyendo México, que comprenden está densa y rica región (Banco Mundial, 2014).
Datos acerca del Relieve Latinoamericano
En general dentro del relieve americano es posible identificar tres elementos básicos: cadenas montañosas, macizos antiguos y llanuras de origen sedimentario. Sobre las costas del Este, junto al Atlántico, se encuentran los macizos antiguos, víctimas ya de la erosión.
En el América del Sur se encuentra el macizo guayanés al noreste, el brasileño al centro, y en el extremo sur el de la Patagonia (Educarchile, 2013). Bordeando la costa del Pacífico, al Oeste, se encuentran una serie de cadenas montañosas coronadas por una gran cantidad de volcanes y nevados.
En América del Sur estas cadenas montañosas son conocidas como la Cordillera de los Andes, y su punto geográfico más alto es el monte Aconcagua, con una altura de 6959 metros sobre el nivel del mar. La franja rocosa de América central, en tanto, une las montañas rocosas con los Andes.
Entre los macizos antiguos y los cordones montañosos del Pacífico existen extensas llanuras surcadas por grandes ríos. Estos espacios se formaron por material de relleno, es decir, por arenas y rocas transportadas por las aguas de los ríos.
En el sur del continente existen grandes sistemas fluviales, como el del Orinoco, Amazonas, Paraguay y Paraná, que han formado grandes llanuras conocidas también como llanuras interiores (Educarchile, 2013).
Hidrografía de América Latina
En el continente americano se encuentran grandes cuencas. De estas la de mayor extensión es la del río Mississipi, que drena gran parte del territorio norteamericano, desaguando en el Golfo de México.
En América del Sur se encuentra la gran cuenca del río Amazonas, considerado el río más caudaloso del mundo. Este gran río recorre una extensa llanura que va desde los Andes peruanos hasta su desembocadura en el Atlántico. Cabe destacar, además, las cuencas del Orinoco y del Paraná. En América Central, en tanto, existen ríos cortos y algunos lagos; son importantes en esta parte del continente las aguas subterráneas, que permiten el desarrollo de actividades agrícolas en zonas secas y desérticas (Educarchile, 2013).
Ya que la región posee una grande extensión territorial, América Latina es un continente sumamente rico y variado en paisajes, terrenos, climas, flora y fauna. Desde las explanadas áridas y la salvaje naturaleza de la Patagonia, en sudamérica pasando por el tupido verdor de la selva y los picos nevados de la Cordillera de los Andes, el continente está dotado de belleza extraordinaria y variados ecosistemas. Ante la urgencia e importancia de preservar y proteger estos lugares, casi todos los países cuentan con mecanismos o instituciones para proteger y velar por su biodiversidad. Muchos de estos países por ejemplo, han establecido los denominados parques nacionales que intentan fomentar el turismo y la investigación pero a su vez asegurar la sostenibilidad de estos ecosistemas (Educarchile, 2013).
ECOTURISMO
El ecoturismo consiste en viajar, apreciar e interactuar con áreas de gran riqueza biológica, paisajística y cultural, en que se promueve la conservación, la presencia humana genera impactos ambientales mínimos y las poblaciones locales obtienen beneficios económicos (Ceballos-Lascuraín, 1998).
América Latina, en virtud de su exuberante diversidad de especies, ecosistemas y paisajes, su gran variedad de grupos étnicos y geografía única, ha sido un atractivo secular para los turistas interesados en conocer estas áreas naturales, convivir con una fauna y flora muy distinta a la existente en su país. Según Budowski (2001) cerca de 30 millones de norteamericanos pertenecen a alguna organización ambientalista, que planifican giras a otros países con atractivos naturales para observar aves exóticas, ballenas, bucear en arrecifes de coral y observar su peces multicolores; asi como observar islas paradisiacas, con ritmos afrocaribeños, gastronomía y cultura de reconocida calidad.
Entre los principales destinos que atraen a los ecoturistas norteamericanos y europeos se destacan: las islas Galápagos (Ecuador), con sus aves pinzones y tortugas milenarias; Bariloche y Punta Valdés, en Argentina; las cataratas de Iguazú, entre Brasil, Argentina y Paraguay; el imponente Amazonas; el desierto de Los Leones, en México; y Centroamérica, por su singular riqueza natural y sus grupos aborígenes precolombinos.